El hombre más poderoso del narcotráfico en el mundo y uno de los criminales más despiadados que haya tenido la humanidad fue Pablo Escobar Gaviria. Nacido en la localidad de Rionegro, Antioquia, en el año 1949, su origen parte de una de las familias más tradicionales de Antioquia. Fue el tercer hijo de un hogar de siete. Sus padres Abel de Jesús Escobar y Hermilda de los Dolores Gaviria Berrío eran respectivamente, un agricultor y una maestra de escuela. Era un niño bastante despierto y astuto. Fue criado con los valores tradicionales de respeto a Dios y la patria.
Junto a su primo Gustavo Gaviria, mostró dotes de comerciante nato y de líder defensor de sus compañeros ante las autoridades del colegio. A fines de los años sesenta al terminar sus estudios secundarios es admitido a la facultad de Economía de la Universidad Autónoma Latinoamericana, sin embargo no llegaría a terminar sus estudios. Su interés estaba puesto en los pequeños negocios junto a su primo Gustavo Gaviria. Aunque inicialmente los jóvenes iniciaron con distribuciones a pequeña escala de hurto de automóviles en la ciudad de Medellín, poco a poco empezaron a conocer el tráfico de drogas.
A comienzos de los años setentas con el promisorio e incipiente negocio derivado de la bonanza de la marihuana o “bonanza marimbera” como se le conoció en Colombia, Escobar empezó a traficar con la sustancia. También por esa época se le relacionó por primera vez con el secuestro y asesinado de un reputado industrial antioqueño llamado Diego Echavarría Misas. El 8 de agosto de 1971 el industrial y filántropo se encontraba asistiendo a una obra benéfica en pro de una biblioteca cuando al llegar a su casa fue interceptado y secuestrado por encargo de Pablo Escobar. Aunque se negocio la suma de 20 millones de pesos de la época (unos 11 mil dólares) su cadáver sería hallado con signos de estrangulamiento y golpes en el cráneo el 18 de septiembre de ese año.
El crimen y el secuestro fueron herramientas macabras usadas por Escobar para conseguir sus fines criminales durante toda su vida. Poco a poco Escobar fue ganando poder como incipiente intermediario con los narcotraficantes de los Estados Unidos, para los que compraba a menor precio la cocaína en Perú, Colombia y Ecuador para luego embarcarla hacia Miami principalmente. Así fue forjando su prestigio dentro de las mafias criminales de Centro y Suramérica.
A fines de la década de los setenta su asociación con Carlos Lehder, Gonzalo Rodríguez Gacha “El Mexicano” y los hermanos Ochoa, fortalecieron su poder local como traficante con toda una organización criminal establecida para respaldar sus actividades. Así se funda el Cartel de Medellín, que funcionaba con un organigrama semejante al que pudiera tener cualquier compañía multinacional, donde cada una de las tareas, desde la comercialización, producción y tráfico de drogas estaba separada a través de estructuras jerárquicas. Poco a poco esta organización criminal comenzó a permear diferentes estratos de la sociedad, la economía y la política colombianas.
En 1982 Pablo Escobar Gaviria consigue acceder a una posición política respetable al ser suplente del representante Jairo Ortega. El ministro de Justicia, a la sazón, Rodrigo Lara Bonilla, denuncio públicamente a Escobar por relacionar sus ingresos económicos de la actividad ilícita del narcotráfico. Viendo esta situación como una potencial piedra en el zapato para los políticos, industriales y otros socios estratégicos del Cartel de Medellín, Pablo Escobar ordena asesinar a Lara Bonilla. La noche del 30 de abril de 1984, mientras se dirigía hacia su casa el ministro Lara fue acribillado por sicarios al norte de Bogotá.
A partir de ese momento Escobar se declaró enemigo del estado, que pretendía por medio de una ley de extradición, enviarlo a todos narcotraficante para juzgado en una corte norteamericana en lugar de una colombiana. Una serie de conflictos sociales que se dieron en los años ochentas hicieron que Escobar pudiera sacar partido de las coyunturas para fortalecer su empresa criminal. Así en 1985 durante la toma del Palacio de Justicia por medio del movimiento guerrillero M-19, los expedientes donde muchos narcotraficantes como Escobar estaban reseñados, fueron perdidos por durante los incendios fruto de los combates entre los sediciosos y el ejército que sitio el Palacio.
Durante los ochentas y principios de los noventas Escobar secuestró, asesino y puso varios carros bombas en las principales ciudades de Colombia para presionar al gobierno de no ser extraditado. En 1991 con la nueva constitución de Colombia, la extradición quedó abolida y Escobar se entregó. Sin embargo unos meses después se fugó la cárcel construida para él conocida como La Catedral. En diciembre de 1993 el Bloque de Búsqueda de la Policía Nacional con el apoyo de la DEA consiguió localizar a Escobar oculto en una barriada de Medellín y le dieron de baja cuando intentaba huir.
Junto a su primo Gustavo Gaviria, mostró dotes de comerciante nato y de líder defensor de sus compañeros ante las autoridades del colegio. A fines de los años sesenta al terminar sus estudios secundarios es admitido a la facultad de Economía de la Universidad Autónoma Latinoamericana, sin embargo no llegaría a terminar sus estudios. Su interés estaba puesto en los pequeños negocios junto a su primo Gustavo Gaviria. Aunque inicialmente los jóvenes iniciaron con distribuciones a pequeña escala de hurto de automóviles en la ciudad de Medellín, poco a poco empezaron a conocer el tráfico de drogas.
A comienzos de los años setentas con el promisorio e incipiente negocio derivado de la bonanza de la marihuana o “bonanza marimbera” como se le conoció en Colombia, Escobar empezó a traficar con la sustancia. También por esa época se le relacionó por primera vez con el secuestro y asesinado de un reputado industrial antioqueño llamado Diego Echavarría Misas. El 8 de agosto de 1971 el industrial y filántropo se encontraba asistiendo a una obra benéfica en pro de una biblioteca cuando al llegar a su casa fue interceptado y secuestrado por encargo de Pablo Escobar. Aunque se negocio la suma de 20 millones de pesos de la época (unos 11 mil dólares) su cadáver sería hallado con signos de estrangulamiento y golpes en el cráneo el 18 de septiembre de ese año.
El crimen y el secuestro fueron herramientas macabras usadas por Escobar para conseguir sus fines criminales durante toda su vida. Poco a poco Escobar fue ganando poder como incipiente intermediario con los narcotraficantes de los Estados Unidos, para los que compraba a menor precio la cocaína en Perú, Colombia y Ecuador para luego embarcarla hacia Miami principalmente. Así fue forjando su prestigio dentro de las mafias criminales de Centro y Suramérica.
A fines de la década de los setenta su asociación con Carlos Lehder, Gonzalo Rodríguez Gacha “El Mexicano” y los hermanos Ochoa, fortalecieron su poder local como traficante con toda una organización criminal establecida para respaldar sus actividades. Así se funda el Cartel de Medellín, que funcionaba con un organigrama semejante al que pudiera tener cualquier compañía multinacional, donde cada una de las tareas, desde la comercialización, producción y tráfico de drogas estaba separada a través de estructuras jerárquicas. Poco a poco esta organización criminal comenzó a permear diferentes estratos de la sociedad, la economía y la política colombianas.
En 1982 Pablo Escobar Gaviria consigue acceder a una posición política respetable al ser suplente del representante Jairo Ortega. El ministro de Justicia, a la sazón, Rodrigo Lara Bonilla, denuncio públicamente a Escobar por relacionar sus ingresos económicos de la actividad ilícita del narcotráfico. Viendo esta situación como una potencial piedra en el zapato para los políticos, industriales y otros socios estratégicos del Cartel de Medellín, Pablo Escobar ordena asesinar a Lara Bonilla. La noche del 30 de abril de 1984, mientras se dirigía hacia su casa el ministro Lara fue acribillado por sicarios al norte de Bogotá.
A partir de ese momento Escobar se declaró enemigo del estado, que pretendía por medio de una ley de extradición, enviarlo a todos narcotraficante para juzgado en una corte norteamericana en lugar de una colombiana. Una serie de conflictos sociales que se dieron en los años ochentas hicieron que Escobar pudiera sacar partido de las coyunturas para fortalecer su empresa criminal. Así en 1985 durante la toma del Palacio de Justicia por medio del movimiento guerrillero M-19, los expedientes donde muchos narcotraficantes como Escobar estaban reseñados, fueron perdidos por durante los incendios fruto de los combates entre los sediciosos y el ejército que sitio el Palacio.
Durante los ochentas y principios de los noventas Escobar secuestró, asesino y puso varios carros bombas en las principales ciudades de Colombia para presionar al gobierno de no ser extraditado. En 1991 con la nueva constitución de Colombia, la extradición quedó abolida y Escobar se entregó. Sin embargo unos meses después se fugó la cárcel construida para él conocida como La Catedral. En diciembre de 1993 el Bloque de Búsqueda de la Policía Nacional con el apoyo de la DEA consiguió localizar a Escobar oculto en una barriada de Medellín y le dieron de baja cuando intentaba huir.
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