Este invento ha sido uno de los que ha revolucionado por completo la vida del hombre facilitando de gran manera su cotidianidad.
En la historia de la técnica desde tiempos remotos los hombres intentaron comunicarse unos a otros de manera rápida y fácil.
Si nos remontamos a miles de años atrás, en las primeras brumas de la noche de los tiempos los hombres primitivos seguramente percibieron los primeros rudimentos de la comunicación cuando vieron a la distancia una fogata que iluminaba el sendero oscuro en medio de peligros. Las señales de humo también, pronto serían herramientas para hacerle saber a los demás que se estaba en determinado sitio.
Sin otra herramienta de transporte que los caballos, pues la esencia de cualquier avance en la comunicación es justamente acortar distancias, la civilización a lomo de este animal, empezó a tender puentes y vías con el fin de establecer contacto con los demás.
Así nace el correo por encargo o la mensajería, que desde la antigüedad clásica hasta casi el siglo XIX, comunicó por medio de cartas a millones de personas.
Sin embargo sería en el marco de la Revolución Industrial cuando la técnica daría su primer gran paso para hacer menores las distancias geográficas.
En la historia de la técnica desde tiempos remotos los hombres intentaron comunicarse unos a otros de manera rápida y fácil.
Si nos remontamos a miles de años atrás, en las primeras brumas de la noche de los tiempos los hombres primitivos seguramente percibieron los primeros rudimentos de la comunicación cuando vieron a la distancia una fogata que iluminaba el sendero oscuro en medio de peligros. Las señales de humo también, pronto serían herramientas para hacerle saber a los demás que se estaba en determinado sitio.
Sin otra herramienta de transporte que los caballos, pues la esencia de cualquier avance en la comunicación es justamente acortar distancias, la civilización a lomo de este animal, empezó a tender puentes y vías con el fin de establecer contacto con los demás.
Así nace el correo por encargo o la mensajería, que desde la antigüedad clásica hasta casi el siglo XIX, comunicó por medio de cartas a millones de personas.
Sin embargo sería en el marco de la Revolución Industrial cuando la técnica daría su primer gran paso para hacer menores las distancias geográficas.
A fines del siglo XVIII, un religioso e inventor de nombre Antoine Nollet intercomunicó, por medio de un circuito de alambres de cobre, a varios miembros de su congregación religiosa, percibiendo que el tiempo de respuesta en que cada uno de ellos recibía el impulso eléctrico era casi idéntico. Existieron distintas personas en el viejo continente que empezaron a idear formas de perfeccionar el hallazgo del religioso francés. Los experimentos con el electromagnetismo de Alesandro Volta y de otros científicos impulsaron al perfeccionamiento del primer telégrafo, el abuelo del teléfono moderno en la mitad del siglo XIX.
Del otro lado del Atlántico, un tal David Alter, tiene el crédito de haber sido el creador del primer telégrafo americano justo antes de Samuel Morse. Este pintor e inventor norteamericano empezó a intentar llevar a la práctica una manera de comunicarse con distintas personas utilizando el fenómeno del electromagnetismo. Así, desarrolló un mecanismo por medio del cual un lápiz trazaba una línea sobre un papel siempre que no hubiera impulsos eléctricos, sin embargo en presencia de estos, el lápiz oscilaba trazando una línea en zigzag. Pensando en un código para comunicarse ideo el código que lleva su nombre: código Morse, consistente en un punto, un espacio y una línea para expresar un mensaje concreto.
El telégrafo fue el primer impulso a los inventores para dar el paso siguiente: poder establecer comunicación hablada entre dos personas. Antonio Meucci, un inventor italiano emigrado a Estados Unidos, en 1854 ideó un artefacto para comunicarse con la habitación de su esposa quien padecía un tortuoso reumatismo. Es tenido como el inventor del teléfono, aunque luego, luego de que Meucci presentara su invento a la Western Union y no hubiera podido copar los gastos de patentes, su invento se vio perdido en circunstancias no muy claras aun.
Alexander Graham Bell, inventor americano, en 1876 hace la presentación del teléfono oficialmente bajo patentes propias. Hace unos años el congreso de los Estados Unidos otorgó a Meucci el crédito por la invención original del teléfono. Lo revolucionario que tenia esta invención era que podía permitir que dos personas separadas por una distancia considerable “hablaran” por medio de un artefacto que por impulsos eléctricos imitaba la voz humana a través de corriente eléctrica continua. Varios científicos e inventores hicieron mejoras considerables al primer prototipo, entre ellos Thomas Alba Edison con el micrófono de carbón que mejoro considerablemente la calidad de la comunicación.
Durante el siglo XX, con el avance de la técnica se mejoró exponencialmente tanto la construcción del aparato propiamente dicho como las redes de comunicación, convirtiendo al teléfono en una herramienta masiva de comunicación entre las personas. Las primeras líneas telefónicas aunque proporcionaron la ventaja de comunicar pueblos y estados, se veía limitada por las características geográficas y climáticas que dificultaban las comunicaciones. La miniaturización y el perfeccionamiento de los componentes que hacen posible el funcionamiento de un teléfono, avanzaron al punto de permitir el enlace entre dos aparatos telefónicos prescindiendo de cables.
La telefonía móvil, imperante actualmente sobre la convencional fija o convencional, ha permitido a las personas tener el invento original de Meucci, quien pretendía comunicar a dos personas sin importar las distancias u obstáculos entre ellas, poniendo así alcance de la mano de cualquiera esta herramienta. Hoy en día, es posible tener contacto con quien queramos llevando un teléfono que no es mucho mayor que la palma de la mano, en un bolsillo, permitiendo comunicarnos en tiempo real con alguien al otro lado del mundo con solamente oprimir un botón. Seguramente el inventor del teléfono, no se imaginó que su idea traería una verdadera revolución en las comunicaciones.
El telégrafo fue el primer impulso a los inventores para dar el paso siguiente: poder establecer comunicación hablada entre dos personas. Antonio Meucci, un inventor italiano emigrado a Estados Unidos, en 1854 ideó un artefacto para comunicarse con la habitación de su esposa quien padecía un tortuoso reumatismo. Es tenido como el inventor del teléfono, aunque luego, luego de que Meucci presentara su invento a la Western Union y no hubiera podido copar los gastos de patentes, su invento se vio perdido en circunstancias no muy claras aun.
Alexander Graham Bell, inventor americano, en 1876 hace la presentación del teléfono oficialmente bajo patentes propias. Hace unos años el congreso de los Estados Unidos otorgó a Meucci el crédito por la invención original del teléfono. Lo revolucionario que tenia esta invención era que podía permitir que dos personas separadas por una distancia considerable “hablaran” por medio de un artefacto que por impulsos eléctricos imitaba la voz humana a través de corriente eléctrica continua. Varios científicos e inventores hicieron mejoras considerables al primer prototipo, entre ellos Thomas Alba Edison con el micrófono de carbón que mejoro considerablemente la calidad de la comunicación.
Durante el siglo XX, con el avance de la técnica se mejoró exponencialmente tanto la construcción del aparato propiamente dicho como las redes de comunicación, convirtiendo al teléfono en una herramienta masiva de comunicación entre las personas. Las primeras líneas telefónicas aunque proporcionaron la ventaja de comunicar pueblos y estados, se veía limitada por las características geográficas y climáticas que dificultaban las comunicaciones. La miniaturización y el perfeccionamiento de los componentes que hacen posible el funcionamiento de un teléfono, avanzaron al punto de permitir el enlace entre dos aparatos telefónicos prescindiendo de cables.
La telefonía móvil, imperante actualmente sobre la convencional fija o convencional, ha permitido a las personas tener el invento original de Meucci, quien pretendía comunicar a dos personas sin importar las distancias u obstáculos entre ellas, poniendo así alcance de la mano de cualquiera esta herramienta. Hoy en día, es posible tener contacto con quien queramos llevando un teléfono que no es mucho mayor que la palma de la mano, en un bolsillo, permitiendo comunicarnos en tiempo real con alguien al otro lado del mundo con solamente oprimir un botón. Seguramente el inventor del teléfono, no se imaginó que su idea traería una verdadera revolución en las comunicaciones.
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