EL RAMO (En un autobús. Mucha gente sentada, algunos de pie. El conductor manejando un gran volante y con la maquina de tickets. Anuncia a gritos algunas paradas.) Conductor: ¡¡Próxima parada Barrio de la luz. Propera parada barrio de la Llum!! (Van subiendo pasajeros que ocupan los sitios libres) Borracho: (Con una botella en la mano) ¡Hombre, Amancio! ¡Cómo has cambiado! Estás más flaco, más alto, con otro peinado distinto. Gerardo: Oiga, que yo no me llamo Amancio sino Gerardo. Borracho: ¡Vaya Amancio, si has cambiado hasta de nombre! (Se sienta y se duerme hipando) (Dos mujeres hablan a gritos) Antonia: Ahí, querida, pues le he comprado a mi Paqui un móvil de los de la última generación. Juana: ¡Un móvil! ¡Quita, quita, esos trastos no sirven pa’ na’ bueno! Antonia: Hay que ver como eres, estás anticuada. Así la tengo localizada y además puede llamar si le ocurre algo. Que tal y como está el mundo una ya no sabe lo que puede pasar. Juana: Y que lo digas, mujer, que ponés la tele y