Entendida como el sistema de gobierno que se deriva de una serie de creencias religiosas y en las que influye directamente a través de sus dogmas o leyes. Etimológicamente viene del griego theos (Dios) kratos (poder). El sistema de gobierno teocrático es quizá uno de los más primitivos de los que se sepa. La autoridad recaía en la figura del jefe tribal o el sacerdote, quien es su origen histórico directo.
En la historia han ejercido poder los líderes espirituales, que incluso en la edad moderna, deciden políticamente los destinos de sus súbditos. Un claro ejemplo es la figura del Dalai Lama, líder político y espiritual de los tibetanos del Nepal. En estructuras de gobierno tan complejas como el Imperio Romano, la figura del César era equiparada prácticamente con la de una divinidad; como sucedió en el Japón, hasta mediados del siglo XX, cuando el emperador se consideraba un dios viviente.
Una doctrina moral que orienta los comportamientos de los ciudadanos, que a la vez son fieles, es la base de una verdadera teocracia, que pretende encauzar por medio de la guía espiritual, las riendas del gobierno. Estados representativos de este sistema como el Vaticano, cuya cabeza política y espiritual es el Papa, son prueba de la vigencia de esta doble figura de poder. Algunas repúblicas Islámicas como Irán, detentan la calidad de estados teocráticos, pues los asuntos de gobierno son indisolubles de los de orden religioso.
Inglaterra, cuya ruptura en el siglo XVI con la iglesia católica romana, creó, en cabeza de su monarca Enrique VIII, la iglesia anglicana, es así mismo una muestra de teocracia, pues la reina Isabel II, es actualmente su jefe de estado y máxima autoridad de esa iglesia.
Comentarios
Publicar un comentario