Grandes intérpretes
La música la escriben los compositores, pero los que la hacen son los intérpretes. Tocar un instrumento o dirigir una sinfónica implica mucho más que saber las reglas del oficio.
Cada vez que se tiene a la vista la partitura, toda una conjunción de saberes y habilidades se ponen en juego: este es el papel del intérprete. La interpretación puede hacer que una obra común y hasta manida, suene completamente distinta.
Por ello, existen grabaciones únicas que a lo largo de años no se han podido igualar: Herbert Von Karajan, por ejemplo, consiguió hacer de su interpretación de las sinfonías de Beethoven con la Filarmónica de Berlín, un paradigma de la interpretación moderna. Arthur Rubinstein, hizo de la obra para piano de Chopin un modelo a seguir por los nuevos pianistas.
Aquí un recuento de los más importantes intérpretes de la música del siglo XX:
Directores de orquesta:
El director musical, es el encargado de ejecutar la obra en toda su dimensión. Conseguir que la orquesta suene como considera que debía haber sonado en los oídos del músico.
Durante los siglos XVII y XVIII, la figura del director estaba delegada al primer músico, violinista o clavecinista que llevaba el compás con un gran bordón ―de ahí deriva la utilización de la batuta para conducir la orquesta―; ya durante el siglo XIX, con la suma de instrumentos, la orquesta se hizo más compleja de llevar y aparece la figura del conductor.
Con las óperas de Wagner y las sinfonías de Mahler y Bruckner, conducir a más de cien músicos requería unas habilidades extraordinarias.
Estos son algunos de los grandes directores de orquesta:
-Gustav Mahler:
Compositor y director de orquesta (1860-1911).
Nacido en Bohemia, parte el antiguo Imperio Austrohúngaro, llevó una vida dedicada por completo a componer y dirigir. Considerado el precursor del sinfonismo moderno y uno de los más importantes exponentes del post romanticismo, sus obras son consideradas divisorias de aguas en la historia musical de occidente. Dirigió la orquesta de la ópera de Viena y su filarmónica (considerada hasta la actualidad como la orquesta más prestigiosa del mundo, pues sus músicos se rigen por un protocolo musical de excelencia que los lleva a elegir a su director de entre los más importantes del mundo, lo que se considera hasta hoy como un privilegio y una responsabilidad), así como fuera director invitado en la Filarmónica de Nueva York. Murió en Viena, victima de un colapso cerebral, dejando tras de si un legado de sinfonías invaluable.
Sinfonía No.1, “Titán”:
Sinfonía No.2, “Resurrección”:
Sinfonía No.3, "Jansons":
Sinfonía No.5:
-Arturo Toscanini:
Director de orquesta (1867-1957. Nació en Italia, donde estudia violonchelo desde niño. En su juventud durante un viaje a Suramérica con la compañía de opera en el que estrenaban Aida de Verdi, el director de la orquesta fue abucheado por el auditorio y Toscanini es animado por sus colegas para que lleve la batuta. En ese instante empieza su carrera como director de la Scala de Milán, luego viaja por Argentina y dirige la Filarmónica de Nueva York. Durante el ascenso del fascismo y la segunda guerra mundial, se exilia en Estados Unidos donde dirige la Orquesta Sinfónica de la NBC.
La música la escriben los compositores, pero los que la hacen son los intérpretes. Tocar un instrumento o dirigir una sinfónica implica mucho más que saber las reglas del oficio.
Cada vez que se tiene a la vista la partitura, toda una conjunción de saberes y habilidades se ponen en juego: este es el papel del intérprete. La interpretación puede hacer que una obra común y hasta manida, suene completamente distinta.
Por ello, existen grabaciones únicas que a lo largo de años no se han podido igualar: Herbert Von Karajan, por ejemplo, consiguió hacer de su interpretación de las sinfonías de Beethoven con la Filarmónica de Berlín, un paradigma de la interpretación moderna. Arthur Rubinstein, hizo de la obra para piano de Chopin un modelo a seguir por los nuevos pianistas.
Aquí un recuento de los más importantes intérpretes de la música del siglo XX:
Directores de orquesta:
El director musical, es el encargado de ejecutar la obra en toda su dimensión. Conseguir que la orquesta suene como considera que debía haber sonado en los oídos del músico.
Durante los siglos XVII y XVIII, la figura del director estaba delegada al primer músico, violinista o clavecinista que llevaba el compás con un gran bordón ―de ahí deriva la utilización de la batuta para conducir la orquesta―; ya durante el siglo XIX, con la suma de instrumentos, la orquesta se hizo más compleja de llevar y aparece la figura del conductor.
Con las óperas de Wagner y las sinfonías de Mahler y Bruckner, conducir a más de cien músicos requería unas habilidades extraordinarias.
Estos son algunos de los grandes directores de orquesta:
-Gustav Mahler:
Compositor y director de orquesta (1860-1911).
Nacido en Bohemia, parte el antiguo Imperio Austrohúngaro, llevó una vida dedicada por completo a componer y dirigir. Considerado el precursor del sinfonismo moderno y uno de los más importantes exponentes del post romanticismo, sus obras son consideradas divisorias de aguas en la historia musical de occidente. Dirigió la orquesta de la ópera de Viena y su filarmónica (considerada hasta la actualidad como la orquesta más prestigiosa del mundo, pues sus músicos se rigen por un protocolo musical de excelencia que los lleva a elegir a su director de entre los más importantes del mundo, lo que se considera hasta hoy como un privilegio y una responsabilidad), así como fuera director invitado en la Filarmónica de Nueva York. Murió en Viena, victima de un colapso cerebral, dejando tras de si un legado de sinfonías invaluable.
Sinfonía No.1, “Titán”:
Sinfonía No.2, “Resurrección”:
Sinfonía No.3, "Jansons":
Sinfonía No.5:
-Arturo Toscanini:
Director de orquesta (1867-1957. Nació en Italia, donde estudia violonchelo desde niño. En su juventud durante un viaje a Suramérica con la compañía de opera en el que estrenaban Aida de Verdi, el director de la orquesta fue abucheado por el auditorio y Toscanini es animado por sus colegas para que lleve la batuta. En ese instante empieza su carrera como director de la Scala de Milán, luego viaja por Argentina y dirige la Filarmónica de Nueva York. Durante el ascenso del fascismo y la segunda guerra mundial, se exilia en Estados Unidos donde dirige la Orquesta Sinfónica de la NBC.
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