La contaminación es el proceso mediante el cual algo o alguien se ven modificados en su esencia natural y razón de ser. Es el caso del agua cuando recibe otro líquido o partículas sucias, o el del aire cuando la polución y gases le modifican su pureza, o cuando una persona se ve influenciada por malas compañías para hacerle variar su comportamiento tradicional y adecuado.
Normalmente la contaminación sugiere connotaciones negativas, de desagrado, molestia, impureza, sin sabor y la obtención de un resultado perjudicial, para sí mismo y el entorno que rodea al agente contaminado. Pero la existencia de contaminación sugiere la oportunidad de mejorar, revertir los resultados adversos y superar las dificultades.
El agua que está contaminada se puede filtrar para eliminar las sustancias que afectaron su natural sabor y apariencia. Las personas contaminadas emocionalmente por el odio y el rencor, pueden evocar en su interior la pureza del alma para poder revertir esos recuerdos que la desvelan.
La contaminación se evita cuando se toman acciones para impedir que agentes externos no deseados afecten la composición natural del objeto o sustancia o persona. Pero en el caso de que ya exista la contaminación, se deberán tomar acciones curativas para erradicar el mal que provocó cambios en la estructura original.
Cuando la contaminación es material el antídoto será también en forma material, y cuando la contaminación es emocional la mejor forma de tratarlo será con las mismas emociones. Porque a pesar de que el fuego no se combate con fuego, hay que buscar las maneras de disminuirlo, con formas y sustancias que lo entiendan y lo manejen, que se asemejen y lo puedan entender.
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