El suelo es el lugar que pisamos y por donde caminamos, la superficie por donde se desplazan los pies para movernos y cambiar de lugar, lo que nos permite aterrizar y aferrarnos a la tierra, porque de donde no existir piso no encontraríamos lugar de descanso.
Los pisos pueden ser de variados materiales y diseños, los hay de asfalto o de adoquín para las calles, de madera o de cemento para las casas y apartamentos, de pasto o de arena o de la misma madera fina para realizar el deporte, sea futbol o tenis o baloncesto.
Se suele decir como expresión coloquial cuando elevas tu mente y tus ideales, que necesitas poner los pies sobre la tierra o el suelo, para decirte que debes concretar las ideas, aterrizarlas y convertirlas en realidad. Por ello el piso representa lo concreto, lo real, lo material, la tierra, la firmeza.
Del suelo se habla poco porque es una necesidad básica, pero si no contáramos con el suelo en combinación con la gravedad, vagaríamos por el mundo, flotaríamos sin descanso, y no podríamos echar raíces, sembrar comida, construir edificios y empresas, caminar y desplazarnos, descansar y trabajar, reunirnos y compartir en un mismo lugar, con espacio y tiempo definido.
Por el suelo no solo se camina, sino que se puede rodar, deslizar, saltar, girar, es decir realizar casi cualquier movimiento, dependiendo del tipo de suelo y el material con que se confeccione, la fricción que genere y su fortaleza para aguantar el mayor o menor peso.
Si quieres tener bien puesto los pies sobre el suelo, revisa primero el material de que está fabricado, no exista líquido que te pueda hacer resbalar, huecos en los cuales puedas caer, ni obstáculos que te puedan hacer tropezar.
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