Considerada como una propuesta política totalmente distinta a las otras, la noocracia del griego nous (mente) y kratos (poder), enfatiza el gobierno basado en la voluntad racional y el intelecto humano, tenido como concepto holístico que integra conceptos biológicos, pedagógicos y ambientales. Analizada por los antiguos pensadores griegos, que la definieron como “el gobierno de los sabios”. Dados los cambios actuales en todo orden: económico, político, social, ambiental, este tipo de propuesta despierta interés en los analistas políticos, sociólogos y pensadores actuales. Aunque es uno nuevo concepto en la filosofía política, pensadores como Edgar Morin, filósofo y sociólogo judeo- francés, ha estudiado el concepto en distintos escritos. Según su concepto, la noosfera ―o esfera de las cosas del espíritu― es donde debe partir cualquier análisis del origen de las cosas humanas, pues son las ideas el real origen de cualquier cultura o civilización humana. Del mismo modo que los individuos controlan la sociedad a través de las ideas, que son las que forjan culturas complejas, al gobernar cabalmente el universo de las ideas, los hombres conseguirán un modo de gobierno, sensato y regido por el intelecto. Esto implica tener clara conciencia de todas las cosas que nos rodean, que en el fondo, manifestaciones de una esfera de pensamiento abstracta o concreta.
Otros pensadores anteriores como Teilhard de Chardin, filósofo francés jesuita y Valdimir Vernadsky, fusionaron los distintos ordenes del pensamiento en una teoría de conocimiento complejo, que se manifiesta en la noosfera (“esfera de las ideas”) por medio de el orden subyacente en el mundo, sin desconocer desde luego, que es preciso para el hombre mismo gobernar primero su propia naturaleza a través de un sistema de pensamiento ideal.
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