Es un modelo de gobierno basado en la figura del monarca, indistintamente de su rango o titulo. El monarca, por ende, está en total libertad de cambiar o imponer leyes, enmendar la constitución, crear impuestos o llevar a cabo reformas al estado en cualquier momento. No existe una figura que regule el poder de éste, por lo que es común encontrarlo en sociedades aisladas durante mucho tiempo o que no han experimentado reformas culturales o sociales. Durante siglos este modelo de gobierno imperó en Europa, dado que el poder se asumía como un mandato emanado del orden divino, por tanto el monarca era un reflejo de la autoridad de Dios en la tierra.
Los reyes de Francia, los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, los zares de la Rusia Imperial, pueden ser ejemplos de monarquía absoluta. El avance cultural y las revoluciones que en Occidente, han depuesto a los regímenes monárquicos, hacen casi inexistente o bastante escaso este modelo de gobierno.
Hay algunas naciones que conservan el absolutismo monárquico como sistema eficiente de gobierno, dadas sus características de tipo cultural, social o religioso, pero realmente poco prácticos en otras circunstancias. Entre algunos de estos países pueden nombrarse entre otros, a Tonga: el único reino existente en el Pacífico Sur; Arabia Saudita, regida por el rey Abdalah Bin Abdelaziz, que tiene como Carta Magna el libro sagrado del Corán y el reino de Bután, donde el monarca es tenido por padre de la nación y quien ha proclamado incluso, la prohibición de fumar en el país.
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