Cuando el socialismo parecía haber sido enterrado con la debacle de la Unión Soviética, a fines de los años noventa, el modelo político tomó un nuevo aire. El coronel Hugo Chávez, lidera desde 1999 un gobierno de corte socialista en Venezuela. Bajo las premisas de tener una economía solida basada en la nacionalización de la producción; esto no sólo implica una filosofía si no que lleva consigo una praxis determinada por unas ideas fundamentales.
―Economía de equivalencias: sustenta la idea contraria al capitalismo, de corte marcadamente individualista, donde el motor de la economía sea la cohesión de cada uno de los integrantes de la sociedad y sus nodos de producción, proporcionales a las potencialidades del conjunto de individuos que integran el estado socialista.
―Democracia participativa socialista: consistente en la invocación de los poderes del pueblo, incluidos todos sus géneros, razas, condiciones intelectuales y sociales, etc. Esta democracia, entendida como garantía de la legitimidad del mandato del pueblo para elegir y coordinar reformas que lo constituyan como real estado socialista, según la filosofía del nuevo socialismo, legitima una verdadera elección popular.
―Desarrollismo democrático regional: entendido como la unión de poderes democráticos regionales que lleven al socialismo a su fortalecimiento en todos los sentidos: económico y político. Para concretar la tesis ―que ya en los años cuarenta el presidente Juán Domingo Perón, denominara como Tercera Vía, entendida como alternativa a la polarización de poderes económicos por el comunismo de corte estalinista y el neoliberalismo norteamericano y europeo― los países de la región han creado organizaciones, como por ejemplo, el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) para impulsar el intercambio comercial entre estados, independientemente de su ideologías políticas. Esta organización ha logrado cohesionar los distintos estados socialistas de América Latina.
―Organizaciones de base: son las distintas células que integra el pueblo dentro del estado neosocialista, que a su vez, son tributarias del partido que las organiza y las adoctrina. En teoría, el poder debe emanar de este orden político social, donde la conjunción del consenso popular, debe regir los destinos del estado socialista, produciendo sus propios líderes para darle continuidad.
El modelo socialista, ha dado un impulso a las economías emergentes de estados en vía de desarrollo, sobre todo en América Latina. Países como Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil y Venezuela, donde se ha proclamado la llamada revolución Bolivariana, inspirada en el ideario de Simón Bolívar, son considerados como “laboratorios” de un nuevo sistema ecléctico entre el mercado capitalista de oferta y demanda y un estado social proteccionista; sin llegar a ser un estado de corte totalmente socialista como Cuba o Corea del Norte, estos países oscilan en un peligroso pseudototalitarismo pues la oposición y la libertad de prensa son constantemente censuradas por el partido que gobierna.
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