(100 a.c- 44 a.c)
Cayo Julio Cesar nace en el año 100 a.c o 653 a.u.c (Anno Urbis Conditae: calendario a partir de la fundación de Roma) en el seno de una familia de la gensjulia, descendientes según tradición, de Eneas el héroe troyano. Su reputación familiar influiría en su posterior carrera política. Tras ejercer varios cargos políticos en Roma, consigue al fin ser nombrado cónsul en el 59 a.c, apoyado en parte por sus aliados políticos Pompeyo y Craso, junto a los que integraría el triunvirato. Luego sería otorgado a César el cargo de procónsul en las Galias, Cisalpina y Transalpina. Estas sucesivas batallas conocidas como guerras de las Galias, extendieron el dominio romano por el oeste de Europa (Francia, Bélgica, Holanda), también intenta conquistar Germania (Alemania) y consigue llegar a Britania (Inglaterra).
A su vuelta a Roma César, Craso y Pompeyo forman un triunvirato y se reparten el poder. Craso toma el mando de Oriente; Pompeyo permanece en Roma y César es enviado a las Galias. La pugna por el control total del poder de Roma desataría una serie de guerras civiles, que al fin, llevarían a César a tomar todo el poder bajo los títulos de “dictador a perpetuidad”, “pontífice máximo” y “padre de la patria”. Fuera de sus dotes militares y políticas, César también destacó en lo literario. Escribió poemas y obras históricas, entre las que destacan sus Comentarios de la Guerra de las Galias y Comentarios de la Guerra Civil.
Teniendo ya el poder, no visto en el mundo antiguo desde Alejandro Magno, César se vio abocado a enfrentar una crisis económica causada por las guerras. La figura dictatorial de una Roma posterior a la república, entrañaba problemas de planificación de un nuevo sistema de gobierno. El derroche de las fiestas públicas para crear un efecto distractor, desgreñaba el gobierno, sumado al aumento de senadores dando impulso a una burocracia vacua que muchos, como Suetonio decía que “la república era una máscara sin ninguna realidad”.
Bruto, el conjurado principal, junto a Casca y Casio, era hijo adoptivo de César, pese a haber tomado partido por Pompeyo durante la guerra civil. La idea de asesinar a César en el senado, ganaría el respaldo del pueblo por haberle librado del tirano. Al aproximarse los “idus de marzo” (los primeros quince días del mes) Calpurnia y distintos arúspices advirtieron a César sobre un peligro latente sobre su vida. Desoyendo los presagios, acude al senado y los conjurados le cercan y le apuñalan a los pies de la estatua de Pompeyo. El pueblo se conmovió tanto, que rindió homenaje al César como si fuese un dios y seguidamente se dio a la cacería de los asesinos. El nombre y la figura de Cayo Julio César, quedaría inmortalizado en cargos de poder que lo evocan como por ejemplo el Zar, abreviación de César, en Rusia; así como en la figura del Kaiser en Alemania. Fue uno de los grandes estadistas y militares del mundo antiguo luego de Alejando de Macedonia.
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