(1527-1598)
Heredero del imperio por parte de su padre Carlos I, fue conocido como El rey prudente, debido a su cabeza fría y buen juicio para ejecutar cualquier acción. Hizo de Madrid la capital administrativa del imperio. En torno a Felipe II, se ha tejido una leyenda negra, que se refiere a él como un déspota insensible: estas versiones pueden obedecer a decisiones personales y políticas, tales como su fuerte represión de la rebelión en los Países Bajos por parte de distintos nobles independentistas, la destrucción sistemática de su correspondencia, así como la muerte en reclusión del príncipe primogénito Carlos, quien padeciera trastornos mentales. También tuvo que enfrentar el asedio turco del Mediterráneo. Justamente en 1571 se produce la Batalla de Lepanto, jornada en la que se diera la mayor movilización naval de la época en la que participara el escritor Miguel de Cervantes, que se refirió a ella como: “la más alta y memorable ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los próximos”, y que establecería el control político y militar del imperio hispánico sobre el Mediterráneo.
Durante su gobierno, combatió el protestantismo con vehemencia por lo que se considera uno de los principales monarcas contra reformistas. También durante su gobierno se expande el imperio hacia el Pacífico Oriental con las islas que llevan su nombre como Filipinas. Con Inglaterra la pugna llevó a la derrota de su conocida como Armada Invencible, que estableció definitivamente el poderío naval ingles en el Atlántico. Fallece en el monasterio de El Escorial en 1598 donde fue sepultado.
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