(290-323 a.d.C)
Hijo de Filipo II y heredero al trono de Macedonia, Alejando Magno, tuvo cercanía desde muy joven con el poder. Bajo el acoso de guerras las endémicas entre ciudades-estados, Macedonia, parecía ser otro más en pugna por la predominancia que Atenas y Esparta detentaban. Su hijo, Alejandro, fue dejado bajo la tutoría del filósofo Aristóteles, quién lo formó en las distintas disciplinas intelectuales. Fue un muchacho ambicioso, siempre anheló extender el imperio de su padre. En 334 a.c, con sólo veinte años tras vengar la muerte de su padre, en extrañas circunstancias, tomó más de 100.000 hombres con dirección a Anatolia. El rey persa Darío III, tomando la acción como una amenaza para su imperio, respondió con su ejército. Luego vendría su bautismo de fuego real con la batalla de Gránico, donde salió victorioso el macedonio. Así mismo tomo Éfeso y Halicarnaso, ganando el favor de las gentes que se encontraban antes sometidas por las distintas satrapías.
Tras llevar a cabo el corte del nudo gordiano, que según la leyenda, a quién lo hiciera se le otorgaría el poder sobre Frigia, Alejandro derrota en la batalla de Isso a su rival Darío. Pese a tener mayor superioridad numérica el persa, la genial estrategia de guerra de Alejandro, consiguió desorientar las tropas de Darío, dispersando su ejército ubicado entre el mar y una llanura. El rey persa huyó y el macedonio se aseguró así, el control de las operaciones navales. Luego llega al Oriente Medio y toma Gaza y Tiro, conquista Egipto, es proclamado como faraón, entonces funda Alejandría y propaga el mundo helénico por todo el Mediterráneo. En la batalla de Gaugamela, entre septiembre y octubre de 331 a.c, definitiva para tomar el imperio persa, Alejandro lleva a su ejército a un aplastamiento total de las huestes de Darío quien fue victima de una conjura de sus propios generales que lo apuñalearon. Las puertas de Asia quedaban abiertas para el emperador macedonio. Alejandro, según cuenta la leyenda, cubrió con gran respeto el cuerpo de Darío con su capa, llorando desconsolado y diciendo: “No quise que esto llegase a tanto”. En Persépolis Alejandro rinde honores al rey difunto y ordena capturar y ejecutar a los conjurados de su rival, ganándose el respeto de su pueblo como nuevo emperador persa.
Cruza Persia y funda Kandahar (actual Afganistán), Herat y Samarcanda, llegando a los límites conocidos, pretende llegar a la India y expandir su imperio cuando en su campaña por inmediaciones del Ganges se entera que se encuentra cerca del océano Exterior (océano Índico) pero sus tropas se niegan a seguir avanzando y la expedición retorna.
Al final en Susa donde se establece, dueño de un imperio que abarcaba desde el Mediterraneo, Egipto, Persia y parte de la India, Alejando Magno muere acosado por unas intensas fiebres a los 33 años de edad.
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