Año: 1971. Director: Stanley Kubrick. Duración: 136 min. País: Reino Unido. Género: Drama.
Reparto: Malcolm McDowell, Patrick Magee, Adrienne Corri, Michael Bates, Warren Clarke, Miriam Karlin, James Marcus, Michael Tarn, Philip Stone.
Sinopsis:
Alex de Large, es un joven miembro de una pandilla delincuencial, que tiene una obsesión enfermiza por la música de Beethoven, tanto como por la brutalidad con la que ejerce junto a sus “drugos”, la violencia a lo largo y ancho de la ciudad.
Sus correrías incluyen golpizas a mendigos indefensos, peleas con otras pandillas y robos de residencias.
Justamente Frank Alexander, un escritor paralítico que vive con su esposa será una de sus victimas. Alex, junto a su pandilla se hace pasar por un joven accidentado, y cuando la mujer abre, ingresan a la casa golpeando brutalmente a la pareja y violando a la mujer ante la impotencia del escritor, mientras Alex canta la conocida canción I'm Singing in the Rain.
Tras el hecho, Alex hace sentir su autoridad al recriminarle con un bastonazo una burla de un compinche sobre Beethoven. Luego de otro incidente en el que corta a la mano y echa ala agua a sus compañeros, las cosas cambian, sin que Alex advierta la venganza que ellos le preparan.
Durante el asalto a una casa donde una mujer habita sola y tras intentar neutralizarla, Alex terminará matándola y siendo capturado y acusado de asesinato.
Ya en la cárcel, un revolucionario tratamiento llamado “Ludovico” orquestado por el escritor Frank Alexander, se experimentará sobre Alex, quien creyendo redimirse pagará las consecuencias de sus acciones.
Comentario:
Anthony Burgess, escribió su novela "La naranja mecánica" en 1962, sin pensar que Kubrick habría de llevarla a la pantalla en 1971.
La brutal exposición de la naturaleza violenta de la condición humana y la actualización del eterno problema planteado por Rousseau, de que el hombre nace bueno y la sociedad es quien lo pervierte, son los temas esenciales de ambas.
El personaje de Alex (Malcom McDowell) representa el espíritu rebelde juvenil que no logra ser encauzado por los cánones de la sociedad moderna, sólo consiguen por medio de la represión del carácter, impulsarlo a cometer actos de violencia extrema para satisfacer su necesidad de reconocimiento.
La gran metáfora de este filme es que la violencia se perpetúa, a pesar de que el establecimiento piense lo contrario, reprimiendo impulsos y tratando de someter la voluntad díscola con un simple presidio corporal.
Al final Alex, en la versión norteamericana de la novela ―que leyera Kubrick para su adaptación―, que no cuenta con el redentor final que si tiene la europea, reincidirá en su voracidad sexual contra las mujeres que para el representan quizá la ley, y que el iluso Ministro del Interior ignorará por sencillo hecho de ser alabado.
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