
Los viajes de Sullivan
Año: 1941. Director: Preston Sturges. Duración: 90 min. País: Estados Unidos. Género: Comedia.
Reparto: Joel McCrea, Veronica Lake, Robert Warwick, William Demarest, Franklin Pangborn, Porter Hall, Eric Blore, Robert Greig.
Sinopsis:
Durante la época de la Gran depresión, el millonario productor John L. Sullivan tiene una crisis moral y decide emprender la producción de cine de corte realista socialista.
El equipo intenta persuadirle de que abandone la idea de hacer un género que desconoce totalmente.
De cualquier modo, Sullivan emprenderá una travesía por toda América, conviviendo con la gente y viviendo tal como lo haría un caminante vagabundo.
Sullivan del mismo modo que Don Quijote, vela sus armas y entra en la orden de la caballería andante de la pobreza y se da a la tarea de ponerse unas prendas ajadas y maltrechas para dar la impresión de ser pobre.
Al mejor estilo del personaje de Cervantes, Sullivan hará varias salidas acompañado de un séquito que no le desampara, va a dar a una posada de la que es dueña una viuda que pretende seducirlo.
Sullivan escapa y toma un auto en la carretera en el que cae dormido y al despertar, se percata que ha sido llevado de vuelta a Hollywood.
Comentario:
El acierto de Sturges, quien oficia como director y guionista de su película, se halla en tomar como en una receta, los distintos elementos precisos, dosificados para conseguir el equilibrio de una comedia perfecta.
El momento de la Gran Depresión, donde los estudios también vieron afectados sus intereses comerciales, y la idea de reflejar los padecimientos de la mayoría de la población de Estados Unidos, sin caer en el melodrama gratuito y chabacano, lo llevan a configurar al personaje de Sullivan.
Su aparente rapto idealista, y su apropiación del modelo quijotesco del loco magnánimo, le otorgan fuerza y carga humorística.
De alguna manera "Sullivan" es un alter ego del director.
El “aprendizaje” que el millonario lleva a cabo durante su viaje, la multiplicidad de personas y sucesos, le harán cambiar su forma de ver el mundo.
De algún modo la magistral comedia cervantina de Sturges, trae a la memoria a Chaplin y su vagabundo idealista, de hecho, el director hace aquí un homenaje a todos los que nos regalan una sonrisa con sus actos, los soñadores y comediantes que hacen más llevadero un mundo cada vez más abrumador y feroz.
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