Raíces profundas
Año: 1953. Director: George Stevens. Duración: 118 min. Género: Drama-Western.
Reparto: Alan Ladd, Jean Arthur, Van Heflin, Jack Palance, Brandon De Wilde, Ben Johnson, Edgar Buchanan, Elisah Cook Jr., John Dierkes, Emile Meyer.
Sinopsis:
Un pistolero de nombre Shane, llega a una granja donde vive la familia Starret, agobiada por la pobreza en la que un terrateniente de la región los ha sumido al querer expropiar todas sus tierras.
Rufus Riker, el terrateniente, ante la temeridad demostrada por Shane, le ofrece contratarlo como pistolero, a lo que se niega rotundamente, por lo que decide contratar a Jack Wilson, un recio y sanguinario forajido, para que le sirva en su tarea de amedrentar a los granjeros.
Al final, Shane, por quien la esposa de Starret y su pequeño hijo sienten una gran admiración por su rol de héroe, se batirá a duelo con Wilson.
Al acabar el duelo, victorioso sube a su caballo y se pierde de todos, sin que se sepa su destino.
Comentario:
Western clásico con gran intensidad de argumento, centrado en el eje del ex pistolero redimido, contra el forajido a sueldo que atemoriza la población.
Pese a que está basada en una novela de Jack Sheffer, la adaptación del guión logra conmover al espectador con las interpretaciones magistrales y sobresalientes de Jack Palance, como el pistolero Wilson y el pequeño hijo de los Starrets, Brandon de Wilde.
Justamente uno de los giros dramáticos y psicológicos gravita en la escena en la que Shane, enseña al niño a disparar la pistola mientras su madre los mira a la distancia.
Justamente el ideal heroico, y si se quiere, caballeresco implícito en la trama psicológica tiene repercusiones para la expectativa del final donde el niño debe despedir dolorosamente a su héroe.
La antítesis de la historia es Wilson, Jack Palance, que como tirador a sueldo al fin confronta a Shane en un duelo.
Esta es la típica ambivalencia bien-mal que hace que este western sea característico del tipo moral, pues todo deriva de la opresión ejercida por el terrateniente sobre la familia de granjeros, con la que Shane hace un lazo inquebrantable de amistad.
Nominada a cinco premios: Mejor película, Mejor director, Mejor actor de reparto, Mejor guion y Mejor fotografía, al final sólo ganaría, con alguna decepción para los críticos modernos, el último, demasiado poco para una de las grandes películas del american western.
Año: 1953. Director: George Stevens. Duración: 118 min. Género: Drama-Western.
Reparto: Alan Ladd, Jean Arthur, Van Heflin, Jack Palance, Brandon De Wilde, Ben Johnson, Edgar Buchanan, Elisah Cook Jr., John Dierkes, Emile Meyer.
Sinopsis:
Un pistolero de nombre Shane, llega a una granja donde vive la familia Starret, agobiada por la pobreza en la que un terrateniente de la región los ha sumido al querer expropiar todas sus tierras.
Rufus Riker, el terrateniente, ante la temeridad demostrada por Shane, le ofrece contratarlo como pistolero, a lo que se niega rotundamente, por lo que decide contratar a Jack Wilson, un recio y sanguinario forajido, para que le sirva en su tarea de amedrentar a los granjeros.
Al final, Shane, por quien la esposa de Starret y su pequeño hijo sienten una gran admiración por su rol de héroe, se batirá a duelo con Wilson.
Al acabar el duelo, victorioso sube a su caballo y se pierde de todos, sin que se sepa su destino.
Comentario:
Western clásico con gran intensidad de argumento, centrado en el eje del ex pistolero redimido, contra el forajido a sueldo que atemoriza la población.
Pese a que está basada en una novela de Jack Sheffer, la adaptación del guión logra conmover al espectador con las interpretaciones magistrales y sobresalientes de Jack Palance, como el pistolero Wilson y el pequeño hijo de los Starrets, Brandon de Wilde.
Justamente uno de los giros dramáticos y psicológicos gravita en la escena en la que Shane, enseña al niño a disparar la pistola mientras su madre los mira a la distancia.
Justamente el ideal heroico, y si se quiere, caballeresco implícito en la trama psicológica tiene repercusiones para la expectativa del final donde el niño debe despedir dolorosamente a su héroe.
La antítesis de la historia es Wilson, Jack Palance, que como tirador a sueldo al fin confronta a Shane en un duelo.
Esta es la típica ambivalencia bien-mal que hace que este western sea característico del tipo moral, pues todo deriva de la opresión ejercida por el terrateniente sobre la familia de granjeros, con la que Shane hace un lazo inquebrantable de amistad.
Nominada a cinco premios: Mejor película, Mejor director, Mejor actor de reparto, Mejor guion y Mejor fotografía, al final sólo ganaría, con alguna decepción para los críticos modernos, el último, demasiado poco para una de las grandes películas del american western.
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