Una foto de amor cuenta la historia de una pareja en un instante detenido en el tiempo. Siempre los enamorados han intentado dejar registro de su afecto de forma que no desaparezca con el paso de los años. Seguramente hemos visto en esos árboles el típico corazón atravesado por una flecha y el nombre de los dos amantes. Esa es una manera de decirlo al mundo.
Sin embargo una foto de amor simboliza para la pareja un vínculo profundo que se vuelve de alguna manera la memoria de los dos. La imagen de la pareja estrecha ese lazo sicológico que existe y se afianza entre los miembros.
La foto se constituye en el recuerdo de esa persona que idealiza la perfección. La sonrisa tomada en ese momento, el lugar, la hora, la situación en que se registra a la persona amada, podría decirse, es una forma en si misma de demostrar afecto.
¿Cuántas veces no hemos querido tener una cámara a la mano para tomar esas fotos de amor que recordaremos por siempre? Por fortuna los teléfonos móviles han venido a darnos la mano en el siglo XXI.
En tiempos pasados, las parejas de enamorados sin muchos recursos no podían hacerse un retrato para la posteridad. Solamente las clases adineradas podían costearse, muchas veces de la mano de un gran maestro, una pintura para recordar su unión. De hecho en la historia de la pintura universal, se registran varios ejemplos célebres.
La pintura conocida como El Matrimonio Arnolfini de Jan Van Eyck. La obra que podría considerarse en antecedente directo de una foto de amor nos muestra a la pareja de esposos, de la alta sociedad italiana que residían en Brujas. Arnolfini y su esposa Jeanne Cenami en estado de embarazo.
La pintura data del año 1434 y es un hermoso ejemplo de lo que significa una imagen de amor. Esta obra maestra de la pintura nos sirve para ejemplificar lo que sería una foto de amor perfecta si hubiera un fotógrafo con tanto genio como el pintor flamenco.
Dentro del cuadro hay una gran simbología que representa el amor de la pareja. Las parejas de los novios están juntas, lo que simboliza la unión sagrada por medio del matrimonio; la mirada de ella es de sumisión ante su esposo. También se encuentran dentro de esta imagen naranjas, que eran un lujo para la época y querían demostrar el estatus social de los esposos.
Como toda foto de amor que se respete, los componentes que hacen única a esta pintura muestra una cama a un costado de la pareja, pues esta es un símbolo de la unión entre un hombre y una mujer hasta la misma muerte. El perro a los pies de los esposos da un sentido de fidelidad y devoción que debe trascender en el matrimonio. Los dos van descalzos que en la imagen tiene una simbología de fertilidad. Una lámpara también es un signo de augurio para la pareja que posa para el pintor.
De hecho, durante esta época, siglo XV, se venían realizando una serie de experimentos ópticos por distintos artistas renacentistas, entre los que se cuenta a Leonardo da Vinci, denominado “cámara oscura”. El efecto consistía en abrir un orificio en una de las paredes del la caja y en otra opuesta, se proyectaban las imágenes del mundo exterior en una tela. Como la imagen estaba invertida, el maestro utilizaba unas lentes para invertirla nuevamente y procedía a pintar sobre el lienzo su bosquejo. Dado el realismo y la impresión de vida de las imágenes estos experimentos eran usuales, aunque por la gran dificultad que implicaba no fue muy extendido.
Esta cámara oscura fue quizá le primer precursor de la fotografía moderna que en el siglo XIX, aplicando el mismo principio, se uso en Francia por Daguerre para inventar el daguerrotipo y la posterior fotografía.
Así pues, este retrato de la pintura universal clasifica como una verdadera foto de amor por todo lo que implica. En fin… hay tanto por ver en esta imagen de amor que no pasará de moda y seguirá estando presente en todas las épocas como la representación del amor eterno de la pareja.
Comentarios
Publicar un comentario