La cultura inca es una gran herencia de un pueblo antepasado.
Mencionar a la cultura inca es involucrar al Perú, región en donde se asentaron estas tribus indígenas, con centro en Cusco, una de las más desarrolladas del continente. La creatividad y administración eran atributos de los Incas. Es así como se inventaron para la agricultura el sistema de terrazas para poder utilizar las laderas las montañas. Su arte está aún vigente en Machu Picchu en templos y una arquitectura de envidiar.
La manera como llegaron Los Incas a poblar la ciudad de Cusco, es objeto de leyendas y mitos, que pasan de tradición en tradición, con historias contadas de padres a hijos, en donde aparecen Dioses, hermanos, legendarios que llegaron al zar a esta zona que después se convirtió en sagrada. Los nombres de estas leyendas son las de Manco Capac y Mama Ocllo, y los Hermanos Ayar.
Una de las características más importantes de los Incas fue su habilidad para aprender de sus antepasados, combinar este conocimiento con los avances que iban llegando, para crecer como civilización y cultura. Su sistema de expansión seria envidia de la más alta diplomacia, porque no solo utilizaban la fuerza sino los regalos, la seducción, la negociación y las alianzas.
El final del imperio Inca coincide con la llegada de los españoles en 1532, como ocurrió con otros grandes grupos indígenas. Porque los españoles atraídos por las riquezas y el oro, llegaban a arrasar con los pueblos asentados en las zonas por donde pasaban colonizando.
Las riquezas materiales se mezclaban con las riquezas espirituales en la cultura Inca. El oro era un material precioso no por su valor comercial sino por las ofrendas que se hacían a los dioses Incas, en donde se incluía al Sol como un ser supremo. Por ello, cuando hablas de los Incas no los mencionas por su poder económico sino por su conocimiento místico y creencias espirituales.
El lenguaje de los Incas es el Quechua, y siempre se consideraron una civilización desarrollada, por el tipo magistral de construcciones y arquitectura, el orden social, sus templos, las ciudades, la agricultura, su habilidad para negociar, y su fuerte espíritu religioso que siempre los guió.
Como te podrás imaginar las fiestas de los Incas se orientaban a los temas religiosos, alrededor de las figuras de la luna y el sol, en honor de los cuales les celebraban las reuniones y celebraciones.
La educación fue un aspecto primordial de los Incas, la cual lograron integrar entre el aspecto formal que incluía los conocimientos técnicos, científicos y prácticos, junto con la formación familiar en valores y traspaso de habilidades agrícolas o artesanales. El centro de la enseñanza y del saber en la cultura Inca tenía el nombre de Yachayhuasis, en donde se preparaban para el poder a la clase alta y dirigente del futuro.
Igualmente las mujeres más ilustres tenían su propio espacio para seguir formándose como las elegidas, cuyo nombre era Acllahuasi. Un espacio exclusivo para mujeres diferente al de los hombres, ya que no se mezclaban los unos con los otros.
La organización política de los Incas provenía de su forma de ser, un pueblo en donde la religión y adoración de los dioses era importante, a la vez que amantes de la organización a veces vertical y autocrática. Por ello los que gobernaban eran los elegidos y no otros, se heredaba este derecho y ase asumía como ley. En la cabeza estaba el Inca soberano en quien se reunían todos los poderes políticos y religiosos, después venía el Auqui o príncipe heredero elegido por su valentía entre todos los hijos del Inca, le seguía el Consejo Imperial como un órgano asesor, luego el Apunchic o gobernadores regionales, siguen los Tucuy Ricuy que jugaban un papel de auditores y encargados de vigilar que la leyes se cumplieran, el Curaca o antiguos jefes de tribus a quienes se habían vencido. Es decir una organización estricta y planificada.
Dentro de las clases sociales Incas se encontraban la Realeza, la Nobleza y el Pueblo. En la realeza se usaban distintivos para diferenciarse del resto, entre los cuales se incluían un sombrero o turbante denominado Llauto, una Borla en la frente que representaba su jerarquía, unas plumas de ave, y la vara de poder o Topa Yauri.
En lo que refiere a la clase Noble de los Incas, por lo general eran familiares y parientes cercanos de la realeza, a quienes se preparaban en todos los campos de manera integral para que pudieran ser dignos y responder a las responsabilidades que se les asignaba.
La clase social más baja de los Incas correspondían al Pueblo, los cuales gozaban de su trabajo y de ciertas comodidades. No eran gente deprimida ni reprimida, y su organización era con tendencia colectiva y comunitaria.
En forma general, se puede decir que la cultura Inca dejó huella en la historia de América y especialmente en el sur, incluyendo a Perú y sus países vecinos. Se caracterizaban por ser disciplinados, administrar bien, una arquitectura desarrollada, ser buenos negociadores, y una religión que los guiaba en forma marcada, en donde el sol y la luna eran sus guías. Amplios legados dejaron los Incas, entre los cuales sus templos se pueden aún visitar tanto en Cusco como en Machu Picchu.
Mencionar a la cultura inca es involucrar al Perú, región en donde se asentaron estas tribus indígenas, con centro en Cusco, una de las más desarrolladas del continente. La creatividad y administración eran atributos de los Incas. Es así como se inventaron para la agricultura el sistema de terrazas para poder utilizar las laderas las montañas. Su arte está aún vigente en Machu Picchu en templos y una arquitectura de envidiar.
La manera como llegaron Los Incas a poblar la ciudad de Cusco, es objeto de leyendas y mitos, que pasan de tradición en tradición, con historias contadas de padres a hijos, en donde aparecen Dioses, hermanos, legendarios que llegaron al zar a esta zona que después se convirtió en sagrada. Los nombres de estas leyendas son las de Manco Capac y Mama Ocllo, y los Hermanos Ayar.
Una de las características más importantes de los Incas fue su habilidad para aprender de sus antepasados, combinar este conocimiento con los avances que iban llegando, para crecer como civilización y cultura. Su sistema de expansión seria envidia de la más alta diplomacia, porque no solo utilizaban la fuerza sino los regalos, la seducción, la negociación y las alianzas.
El final del imperio Inca coincide con la llegada de los españoles en 1532, como ocurrió con otros grandes grupos indígenas. Porque los españoles atraídos por las riquezas y el oro, llegaban a arrasar con los pueblos asentados en las zonas por donde pasaban colonizando.
Las riquezas materiales se mezclaban con las riquezas espirituales en la cultura Inca. El oro era un material precioso no por su valor comercial sino por las ofrendas que se hacían a los dioses Incas, en donde se incluía al Sol como un ser supremo. Por ello, cuando hablas de los Incas no los mencionas por su poder económico sino por su conocimiento místico y creencias espirituales.
El lenguaje de los Incas es el Quechua, y siempre se consideraron una civilización desarrollada, por el tipo magistral de construcciones y arquitectura, el orden social, sus templos, las ciudades, la agricultura, su habilidad para negociar, y su fuerte espíritu religioso que siempre los guió.
Como te podrás imaginar las fiestas de los Incas se orientaban a los temas religiosos, alrededor de las figuras de la luna y el sol, en honor de los cuales les celebraban las reuniones y celebraciones.
La educación fue un aspecto primordial de los Incas, la cual lograron integrar entre el aspecto formal que incluía los conocimientos técnicos, científicos y prácticos, junto con la formación familiar en valores y traspaso de habilidades agrícolas o artesanales. El centro de la enseñanza y del saber en la cultura Inca tenía el nombre de Yachayhuasis, en donde se preparaban para el poder a la clase alta y dirigente del futuro.
Igualmente las mujeres más ilustres tenían su propio espacio para seguir formándose como las elegidas, cuyo nombre era Acllahuasi. Un espacio exclusivo para mujeres diferente al de los hombres, ya que no se mezclaban los unos con los otros.
La organización política de los Incas provenía de su forma de ser, un pueblo en donde la religión y adoración de los dioses era importante, a la vez que amantes de la organización a veces vertical y autocrática. Por ello los que gobernaban eran los elegidos y no otros, se heredaba este derecho y ase asumía como ley. En la cabeza estaba el Inca soberano en quien se reunían todos los poderes políticos y religiosos, después venía el Auqui o príncipe heredero elegido por su valentía entre todos los hijos del Inca, le seguía el Consejo Imperial como un órgano asesor, luego el Apunchic o gobernadores regionales, siguen los Tucuy Ricuy que jugaban un papel de auditores y encargados de vigilar que la leyes se cumplieran, el Curaca o antiguos jefes de tribus a quienes se habían vencido. Es decir una organización estricta y planificada.
Dentro de las clases sociales Incas se encontraban la Realeza, la Nobleza y el Pueblo. En la realeza se usaban distintivos para diferenciarse del resto, entre los cuales se incluían un sombrero o turbante denominado Llauto, una Borla en la frente que representaba su jerarquía, unas plumas de ave, y la vara de poder o Topa Yauri.
En lo que refiere a la clase Noble de los Incas, por lo general eran familiares y parientes cercanos de la realeza, a quienes se preparaban en todos los campos de manera integral para que pudieran ser dignos y responder a las responsabilidades que se les asignaba.
La clase social más baja de los Incas correspondían al Pueblo, los cuales gozaban de su trabajo y de ciertas comodidades. No eran gente deprimida ni reprimida, y su organización era con tendencia colectiva y comunitaria.
En forma general, se puede decir que la cultura Inca dejó huella en la historia de América y especialmente en el sur, incluyendo a Perú y sus países vecinos. Se caracterizaban por ser disciplinados, administrar bien, una arquitectura desarrollada, ser buenos negociadores, y una religión que los guiaba en forma marcada, en donde el sol y la luna eran sus guías. Amplios legados dejaron los Incas, entre los cuales sus templos se pueden aún visitar tanto en Cusco como en Machu Picchu.
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