El aspecto financiero de las empresas es muy importante desde que nacen, en un comienzo para darle vida a la idea de negocio y luego para mantener vigente el emprendimiento para toda la vida. No puedes descuidarte ni por un momento de la rentabilidad, del flujo de caja, de la generación de dinero, del presupuesto, de la cartera por cobrar y por pagar, de las inversiones, de la recuperación de deudas, de la liquidez, de la competitividad para poder ser exitoso en el campo financiero y por supuesto en las demás áreas de la empresa.
En el campo personal se dice que el amor sin dinero se marchita, y en el campo empresarial se podría asimilar el mismo precepto a que el negocio sin dinero o a pérdida, terminará marchitándose. El dinero y las finanzas no lo son todo pero si son parte fundamental de la economía de las personas y de las empresas, de su florecimiento y crecimiento.
Sin duda hay que tener un buen producto, claridad en el mercado que se va a atender, los recursos humanos con los que se va a servir, la tecnología para darle vigencia a la idea de negocio, el liderazgo y planificación para llevar el barco a buen puerto, pero todos estos aspectos pueden fluir en la medida en que se realice un manejo cuidadoso e inteligente de las finanzas de la empresa, que le den sustento, viabilidad, soporte y supervivencia en el tiempo.
La economía se relaciona con las finanzas, la productividad, el mejor uso de los recursos, el crecimiento, el bienestar, el mercado, las relaciones entre las entidades y sociedades, el desarrollo.
Dentro de ellos, sin duda las finanzas juegan un rol esencial, para poder conseguir los objetivos propuestos, satisfacer las necesidades de los clientes, generar y producir a partir de las materias primas los productos finales.
La economía en las empresas se sirve de las finanzas y de los demás recursos, para transformarlos y volcarlos al servicio de los consumidores, de los clientes que necesitan algo y para ello existe la empresa, para satisfacer estas necesidades que no son estáticas sino que van cambiando con el tiempo y con el perfil de cada consumidor.
Las empresas necesitan de líderes con conocimientos de economía que puedan guiar y administrar los recursos que tienen asignados, para aumentarlos, hacerlos más eficientes, y convertirlos en productos útiles al mercado, que generen rentabilidad en el proceso, y se distribuya de manera justa los rendimientos y utilidades entre todos los participantes del negocio, socios, clientes internos y clientes externos.
En el campo personal se dice que el amor sin dinero se marchita, y en el campo empresarial se podría asimilar el mismo precepto a que el negocio sin dinero o a pérdida, terminará marchitándose. El dinero y las finanzas no lo son todo pero si son parte fundamental de la economía de las personas y de las empresas, de su florecimiento y crecimiento.
Sin duda hay que tener un buen producto, claridad en el mercado que se va a atender, los recursos humanos con los que se va a servir, la tecnología para darle vigencia a la idea de negocio, el liderazgo y planificación para llevar el barco a buen puerto, pero todos estos aspectos pueden fluir en la medida en que se realice un manejo cuidadoso e inteligente de las finanzas de la empresa, que le den sustento, viabilidad, soporte y supervivencia en el tiempo.
La economía se relaciona con las finanzas, la productividad, el mejor uso de los recursos, el crecimiento, el bienestar, el mercado, las relaciones entre las entidades y sociedades, el desarrollo.
Dentro de ellos, sin duda las finanzas juegan un rol esencial, para poder conseguir los objetivos propuestos, satisfacer las necesidades de los clientes, generar y producir a partir de las materias primas los productos finales.
La economía en las empresas se sirve de las finanzas y de los demás recursos, para transformarlos y volcarlos al servicio de los consumidores, de los clientes que necesitan algo y para ello existe la empresa, para satisfacer estas necesidades que no son estáticas sino que van cambiando con el tiempo y con el perfil de cada consumidor.
Las empresas necesitan de líderes con conocimientos de economía que puedan guiar y administrar los recursos que tienen asignados, para aumentarlos, hacerlos más eficientes, y convertirlos en productos útiles al mercado, que generen rentabilidad en el proceso, y se distribuya de manera justa los rendimientos y utilidades entre todos los participantes del negocio, socios, clientes internos y clientes externos.
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