En su día, tuve la ocasión de visitar la gran ciudad de Madrid, capital de nuestra gran nación. En ella el visitante tiene la oportunidad de admirarse ante la magnificencia de sus edificios mientras recorre sus calles empedradas con sus zanjas y sus obreros, observando los parques, los elegantes negocios, los flamantes deportivos que surcan sus calles y por supuesto su variopinta población multicultural, multirracial, multiusos… Además de su patrimonio artístico que reúne la más exquisita selección de obras de todos los rincones del país. Todo bajo la atenta mirada y la mano férrea de la burocracia presente ahí más que en ningún otro sitio con sus hordas de servidores trajeados y sus largas colas de individuos encogidos ante su poder.
En definitiva diríase que es el cerebro incansable de la nación donde se amontonan sus ideas, recuerdos, pensamientos etc. Tantas cosas son, las que hacen de Madrid una ciudad única.
En definitiva diríase que es el cerebro incansable de la nación donde se amontonan sus ideas, recuerdos, pensamientos etc. Tantas cosas son, las que hacen de Madrid una ciudad única.
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