La Historia es el registro de todos los hechos acaecidos desde el origen del hombre hasta nuestros días. Es necesario recopilar una serie de datos para poder organizar todos los registros históricos de una manera coherente y sistemática. Los datos y registros de civilizaciones antiguas ahora perdidas, se basan en disciplinas auxiliares a la historia tales como la antropología, la arqueología, la biología, entre muchas otras. Estas son conocidas como fuentes de la historia. Son importantes en la medida en que es necesario registrar un suceso de manera verídica antes de ser puesto en un documento que tenga un carácter de estudio histórico.
De esta manera, las antiguas culturas que florecieron en la llamada “media luna fértil”, por ejemplo, que datan de miles de años, pueden ser verificadas por medio del estudio de objetos, construcciones, documentos, registros fósiles entre otras herramientas científicas. Pese a que la historia no es tenida como una ciencia exacta como bien lo pueden ser la física, la matemática, la biología, la química, etc., es necesario un conjunto de saberes académicos rigurosos, para que los métodos de registro y estudio de los elementos históricos, puedan ser comparados por diferentes estudiosos.
El concepto de historia, se origina como casi todo el saber occidental moderno, en Grecia antigua. Su etimología tiene mucho que explicar acerca del sentido de la ciencia. Histor, quiere decir en griego, el testigo o aquel que ve. Se considera generalmente a Heródoto de Halicarnaso como el padre de la historia. Cicerón el escritor romano afirmó que Heródoto podía ser tenido como precursor de esta ciencia. En gran parte su prestigio se debe a su obra magna Los Nueve libros de Historia, donde se da a la tarea de hacer una cronología de los acontecimientos más importantes de su tiempo, entre estos están:
–Libro primero: narra aquí los pormenores de las Guerras Médicas así como la epopeya mítica de la guerra de Troya.
–Libro segundo: este libro lo dedica a Egipto y su descripción de pueblos, razas y costumbres. Es uno de los primeros ejemplos de narración etnográfica en un contexto histórico.
–Libro tercero: aquí narra los sucesos concernientes a la campaña egipcia del rey Cambises, su posterior caída y muerte y el ascenso de Dario I como rey de los persas.
–Libro cuarto: en este libro narra todo lo que respecta a los escitas y sus campañas militares.
–Libro quinto: versa sobre el avance persa sobre Grecia, así como asuntos de política interior de algunos estados griegos.
–Libro sexto: habla sobre la Guerra Médica e incursiones persas en Macedonia y la Batalla de Maratón.
–Libro séptimo: Jerjes toma el mando del imperio aquemenida a la muerte de Darío. Decide tomar Grecia cruzando el Helesponto. Batalla de las Termópilas.
–Libro octavo: ocupación de Atenas. Batalla de Salamina y retirada de Jerjes.
–Libro noveno: Toma de Sestos por Atenas. Amoríos de Jerjes. Ciro, rey de los persas, diserta acerca de la expansión de los imperios.
En síntesis estos son los temas principales del libro de Heródoto.
Cada una de las fuentes o herramientas usadas por el investigador para el estudio de la historia, son apoyos para trazar una línea de análisis y contraste para contrastar documentos. Existen específicamente las siguientes fuentes clasificadas así:
Primarias:
Documentos escritos: libros, artículos, periódicos, publicaciones, correspondencias (privadas y públicas), manuscritos, etc.
Iconográficas: pinturas, videos, películas, microfilmes, esculturas, etc.
Registros de audio: grabaciones, archivos de audio, entrevistas, etc.
Secundarias:
Artículos en revistas especializadas, archivos en bibliotecas, microfilmes, copias, obras literarias apócrifas, etc.
En síntesis, aquellas fuentes primarias son las que llegan al investigador de primera mano sin tener que pasar por ninguna clase de tamiz; las secundarias se dan a través de otro tipo de documentos que es preciso buscar por un tercero o una mención en otro. Sea cual sea el caso el historiador necesita cotejar las fuentes por medio de una metodología adecuada para llegar a la verdad o a la versión que busca. Como primera medida está comprobar la veracidad de la fuente consultada: es decir, tener certeza de que el documento que se está consultando tiene un respaldo histórico veraz y no es un libelo o rumor. A partir de este concepto se construye una hipótesis sobre el tema o personaje.
Es necesario tener claros cada uno de los pasos que se siguen para cotejar los elementos dados a nuestra investigación. Cartas existentes, deberán ser analizadas, verificadas en textos de la época y su relación con lo que necesitamos. Todos los elementos que constituyen una investigación de fuentes históricas son necesarios para poder dar una versión en forma, sea de texto, o de cualquier otra forma de trabajo como cortometraje, largometraje, documental, producción radiofónica o elementos multimedia en los formatos específicos para la Internet, por ejemplo. Las fuentes históricas deben ser siempre claras y veraces.
De esta manera, las antiguas culturas que florecieron en la llamada “media luna fértil”, por ejemplo, que datan de miles de años, pueden ser verificadas por medio del estudio de objetos, construcciones, documentos, registros fósiles entre otras herramientas científicas. Pese a que la historia no es tenida como una ciencia exacta como bien lo pueden ser la física, la matemática, la biología, la química, etc., es necesario un conjunto de saberes académicos rigurosos, para que los métodos de registro y estudio de los elementos históricos, puedan ser comparados por diferentes estudiosos.
El concepto de historia, se origina como casi todo el saber occidental moderno, en Grecia antigua. Su etimología tiene mucho que explicar acerca del sentido de la ciencia. Histor, quiere decir en griego, el testigo o aquel que ve. Se considera generalmente a Heródoto de Halicarnaso como el padre de la historia. Cicerón el escritor romano afirmó que Heródoto podía ser tenido como precursor de esta ciencia. En gran parte su prestigio se debe a su obra magna Los Nueve libros de Historia, donde se da a la tarea de hacer una cronología de los acontecimientos más importantes de su tiempo, entre estos están:
–Libro primero: narra aquí los pormenores de las Guerras Médicas así como la epopeya mítica de la guerra de Troya.
–Libro segundo: este libro lo dedica a Egipto y su descripción de pueblos, razas y costumbres. Es uno de los primeros ejemplos de narración etnográfica en un contexto histórico.
–Libro tercero: aquí narra los sucesos concernientes a la campaña egipcia del rey Cambises, su posterior caída y muerte y el ascenso de Dario I como rey de los persas.
–Libro cuarto: en este libro narra todo lo que respecta a los escitas y sus campañas militares.
–Libro quinto: versa sobre el avance persa sobre Grecia, así como asuntos de política interior de algunos estados griegos.
–Libro sexto: habla sobre la Guerra Médica e incursiones persas en Macedonia y la Batalla de Maratón.
–Libro séptimo: Jerjes toma el mando del imperio aquemenida a la muerte de Darío. Decide tomar Grecia cruzando el Helesponto. Batalla de las Termópilas.
–Libro octavo: ocupación de Atenas. Batalla de Salamina y retirada de Jerjes.
–Libro noveno: Toma de Sestos por Atenas. Amoríos de Jerjes. Ciro, rey de los persas, diserta acerca de la expansión de los imperios.
En síntesis estos son los temas principales del libro de Heródoto.
Cada una de las fuentes o herramientas usadas por el investigador para el estudio de la historia, son apoyos para trazar una línea de análisis y contraste para contrastar documentos. Existen específicamente las siguientes fuentes clasificadas así:
Primarias:
Documentos escritos: libros, artículos, periódicos, publicaciones, correspondencias (privadas y públicas), manuscritos, etc.
Iconográficas: pinturas, videos, películas, microfilmes, esculturas, etc.
Registros de audio: grabaciones, archivos de audio, entrevistas, etc.
Secundarias:
Artículos en revistas especializadas, archivos en bibliotecas, microfilmes, copias, obras literarias apócrifas, etc.
En síntesis, aquellas fuentes primarias son las que llegan al investigador de primera mano sin tener que pasar por ninguna clase de tamiz; las secundarias se dan a través de otro tipo de documentos que es preciso buscar por un tercero o una mención en otro. Sea cual sea el caso el historiador necesita cotejar las fuentes por medio de una metodología adecuada para llegar a la verdad o a la versión que busca. Como primera medida está comprobar la veracidad de la fuente consultada: es decir, tener certeza de que el documento que se está consultando tiene un respaldo histórico veraz y no es un libelo o rumor. A partir de este concepto se construye una hipótesis sobre el tema o personaje.
Es necesario tener claros cada uno de los pasos que se siguen para cotejar los elementos dados a nuestra investigación. Cartas existentes, deberán ser analizadas, verificadas en textos de la época y su relación con lo que necesitamos. Todos los elementos que constituyen una investigación de fuentes históricas son necesarios para poder dar una versión en forma, sea de texto, o de cualquier otra forma de trabajo como cortometraje, largometraje, documental, producción radiofónica o elementos multimedia en los formatos específicos para la Internet, por ejemplo. Las fuentes históricas deben ser siempre claras y veraces.
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